Los sueños son los recuerdos que el alma aporta a la mente.
Mientras que el cuerpo físico se encuentra en un estado relajado e inconsciente
de la realidad que le rodea, el alma “vive” en el Mundo de los Sueños. En este
mundo el alma está libre de los obstáculos que el cuerpo humano le crea. Allí
puede percibir, alcanzar, comprender y hacer todo lo que el cuerpo le evita.
Allí el alma se desarrolla. Al volver en el cuerpo físico, sus experiencias se
asimilan por el cerebro humano relacionando lo desconocido con lo empírico. Por
lo tanto, la memoria se queda con la imagen de un amanecer o de un parque lleno
de flores, aunque en realidad el alma haya visto la energía de otra alma o haya
estado en alguna parte del Espacio. Cuanto más desarrollada es el alma, más lúcidos
y vividos son los “sueños”. Así, poco a poco, las personas adquieren la
capacidad de percepción del lado verdadero del Mundo de los Sueños.
Interesante esta visión tuya del mundo empírico... me encanta. ¡Y la foto es genial! :)
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